Kramaprāvesika-bhāvanārtha, por
Ācārya Vimalamitra.
Catálogo de Kangyur de Degé, nº 3938.
¡Homenaje a Mañjushri, el joven![1]
Aquel que quiera disipar los
oscurecimientos[2] y
alcanzar rápidamente la omnisciencia[3], debería
de concentrarse en alcanzar la calma mental[4] y la
visión profunda[5],
generando para ello la mente de la Iluminación[6].
Yo, que soy como una persona
ciega, no puedo demostrar esto, pero confiando en las palabras del Buda, y en
otras escrituras, lo explicaré.
Por medio del desarrollo
correcto de la calma mental y la visión profunda, surge la sabiduría intuitiva
no conceptual.
A través del surgimiento de
esta no conceptualización uno puede abandonar todos los oscurecimientos y
alcanzar la omnisciencia, que es el resultado de practicar la calma mental y la
visión profunda durante largo tiempo.
Por consiguiente, uno debería de esforzarse en la calma mental y la visión
profunda.
Si no hay causa, no habrá
resultado. Por ejemplo, si no hay semilla, no habrá brote. De una causa
incorrecta no puede darse un resultado correcto; por ejemplo, no puede
obtenerse leche ordeñando el cuerno de una vaca. Similarmente, como un
resultado de no haber hecho la práctica completa, uno será incapaz de alcanzar
como resultado final el estado de omnisciencia. Por ejemplo, en el caso de una
semilla, si hay alguna condición que falte, el resultado correcto no puede
producirse.
Esto es afirmado en el “Noble Sutra del Canto del Dharma”[7]:
“Aquel que quiera entrenarse de acuerdo mi enseñanza, debería de
esforzarse para alcanzar la calma mental y la visión profunda.”
Por tanto, el practicante
debería de desarrollar la calma mental, la visión profunda, y generar la mente
de la Iluminación.
Por ejemplo, si uno habita
una hermosa casa de cristal, uno puede ver claramente todo lo que hay fuera, y
también lo que hay dentro de la casa. Similarmente, si uno permanece en un
estado de no conceptualización, uno puede ver la realidad de todas las cosas.
Es cierto que la purificación de todos los oscurecimientos y la realización de
la omnisciencia dependen de causas; por tanto uno debería de contemplar la no
conceptualización. Lo mismo que quien alcanza la cumbre de una elevada montaña
puede ver casi todos los lugares circundantes, similarmente, aquel que
permanece en un estado de no conceptualización puede ver la naturaleza de todas
las cosas sin obstáculo o impedimento. Por tanto, uno debería de meditar en la
calma mental y la visión profunda.
Esto es afirmado por el Noble
Nagarjuna en las “Sesenta estrofas de
razonamiento”[8]:
“Aquellos cuyo intelecto ha
transcendido
La existencia y no
existencia, y que no moran entre ambas,
Meditan perfectamente en el
significado de lo condicionado,
Que es profundo y carece de
soporte.”
“Si uno investiga los fenómenos carentes de entidad propia, y si tras
haberlos investigado, uno cultiva eso que es la causa del fruto del nirvana,
ninguna otra causa lleva a la paz.”
En el “Sutra explicando lo profundo”[10], el
Bhagavan dice:
“Si uno medita en la calma mental y la visión profunda, uno se liberará
de la cadena de las aflicciones, y de la cadena de la identidad.”
Por consiguiente, quien desee
abandonar todos los oscurecimientos debería de meditar en la calma mental y en
la visión profunda. A través del poder de la calma mental la mente de uno no se
aparta de su objeto, lo mismo que una lámpara en un lugar a salvo del viento. A
través de la visión profunda, lo mismo que el sol naciente disipa la oscuridad,
uno puede realizar correctamente la verdadera naturaleza de las cosas, llegando
a la realización de la realidad última, y eliminando todos los oscurecimientos.
Los meditadores que practican
solo la calma mental pueden eliminar las impurezas, pero no pueden disipar los
oscurecimientos. Sin el alborear de la sabiduría que comprende la carencia de
existencia inherente, no existe la posibilidad de destruir completamente estas
tendencias.
En el “Sutra explicando lo profundo”, dice:
“La calma mental elimina las impurezas, y la visión profunda destruye
completamente las tendencias latentes[11].”
También en el “Sutra Rey de las absorciones”, dice:
“Aunque uno pueda concentrar su mente (sin la sabiduría de la visión
profunda), uno no puede destruir la percepción de un ego, el cual, como en la
meditación de Udraka, trae impureza y confusión.
Solo aquel que realiza y se concentra en la carencia
de existencia inherente de los fenómenos alcanzará la causa de la liberación.
Cualquier causa distinta de esta no puede traer la paz.”
En el “Sutra de la Cesta del bodhisatva”[12], dice:
“Aquellos que no han escuchado los discursos de los preceptos del
bodhisatva, o los preceptos del sagrado Dharma, y que están satisfechos tan
solo con su concentración meditativa, debido a su vanidad, descenderán en la
existencia cíclica y no se verán liberados del nacimiento, vejez, enfermedad,
muerte, pena, lamentación, sufrimiento, agonía, y agitación.
Tampoco se verán liberados de los seis destinos en la
existencia cíclica, ni del sufrimiento de los agregados. Con respecto a esto el
Tathagata ha declarado que quienes estudian en conformidad con otros que han
escuchado[13]
se liberarán de la vejez y la muerte.”[14]
Por tanto, aquel que desea
abandonar completamente todos los oscurecimientos y alcanzar un conocimiento
puro de la realidad, en primer lugar debería de alcanzar la absorción de la
calma mental, y entonces desarrollar la sabiduría.
Esto también se afirma en el “Sutra del montón de joyas”[15]:
“Practicando la ética moral uno puede alcanzar la absorción meditativa. Alcanzada
la absorción meditativa, uno debería de concentrarse en la sabiduría. A través
de la sabiduría uno consigue el conocimiento puro de la realidad. En este
conocimiento puro, será perfeccionada la ética moral.”
En “Cultivando la fe en el Gran vehículo”[16], dice:
“¡Hijo de buena familia! Si uno no posee sabiduría, yo
no puedo decir si él o ella tienen fe en el Mahayana, o si han entrado de
alguna forma en el Mahayana. ¡Hijo de buena familia!, uno debería de realizar
que cualquier familiaridad y fe que uno tenga en el Mahayana es el efecto de la
contemplación de la realidad con una mente concentrada.”
A través de la mera visión
profunda, sin calma mental, la mente del meditador no es estable, sino que se
distrae fácilmente con los objetos, como una lámpara encendida expuesta al
viento. El meditador no tendrá la luz clara del verdadero conocimiento. Por
tanto, uno debería de practicar ambas, calma mental y visión profunda.
Por esta razón se dice en el “Gran nirvana”[17]:
“Aunque ellos han alcanzado grandes niveles de absorción meditativa, los
discípulos[18]
no ven al séquito del Tathagata. Los bodhisatvas lo ven, pero no claramente,
porque aunque ellos tienen grandes cantidades de sabiduría, tienen cantidades
pequeñas de absorción meditativa. El Tathagata lo ve todo, porque posee por
igual calma mental y visión profunda.”
Lo mismo que una lámpara arde
con un ritmo constante donde no hay viento, a través del poder de la calma
mental, la mente no puede ser perturbada por los vientos del pensamiento. A
través de la visión profunda, el meditador abandona la red de las visiones
erróneas, y por tanto su mente no puede ser perturbada por otros.
Esto es manifestado en el “Sutra de Lámpara de Luna”[19]:
“Por la fuerza de la calma mental la mente no será perturbada; por la
fuerza de la visión profunda será como una montaña.”
Un meditador deseoso de
conocer todas las clases de impurezas y eliminarlas, debería de esforzarse en
la calma mental y la visión profunda.
Tal como es declarado en el “Sutra Explicando las dos verdades”[20]:
“Mañjushri, ¿Cómo puede uno realizar las impurezas, y
vencerlas?
Mañjushri: “Hijo de un dios[21],
cuando uno realiza a través de la intuición no obstruida de la realidad que,
desde el punto de vista último, las impurezas son completamente vacías,
carentes de signos, no existentes, y sin naturaleza intrínseca, entonces, hijo
de un dios, uno realiza verdaderamente las impurezas. Por ejemplo, hijo de un
dios, cuando uno elimina la causa-la serpiente venenosa-ya no existe más el
veneno de la serpiente.
Similarmente, hijo de un dios, si uno realiza la causa
de las impurezas, uno conseguirá pararlas completamente.”
El hijo de un dios:”Mañjushri, ¿Cuál es la causa de
las aflicciones?”
Mañjushri: “Aunque todas las cosas son realmente no
nacidas, no originadas, no existentes, y sin características, la persona
ordinaria tiene conceptualizaciones respecto a ellas. Esta es la causa de las
impurezas y demás.”
Por lo tanto, quien no está
engañado respecto a las cosas, y ha realizado el estado de realidad, por ello,
puede vencer y disipar todos los oscurecimientos. Es cierto que este proceso
puede alcanzar el éxito a través de confiar en la calma mental y la visión
profunda. No es posible a través de ningún otro medio. Por ello, un meditador
debería de esforzarse en ambas, la calma mental y la visión profunda.
Uno debería de generar la
mente de la iluminación. Existen dos tipos de mente de la iluminación, la mente
de la iluminación convencional, y la mente de la Iluminación última.
La mente de la iluminación convencional.
Puesto que la mente de la
iluminación convencional es la que engendra la compasión hacia todos los seres,
uno toma el voto del bodhisatva para liberar del sufrimiento a todos los seres,
y alcanzar la budeidad para su beneficio. Este es el primer nivel de la mente
de la iluminación. El voto del bodhisatva, de acuerdo al ritual mostrado en la Enseñanza sobre el capítulo de la ética del
bodhisatva, debería de ser tomado de una persona que ya los tenga y tenga
experiencia en ello.
Si uno no puede encontrar a
la persona adecuada, uno debería de visualizar a los Budas y bodhisatvas, y
generar la mente de la iluminación, como hizo el Noble Mañjushri cuando era un
rey llamado Ambara. Entonces uno debería de esforzarse en alcanzar la mente de
la iluminación última.
La mente de la iluminación última.
La mente de la iluminación
última es supramundana, libre de fabricación, lúcida en el estado de realidad
absoluta[22], tan
inmaculada e inmóvil como una lámpara que arde continuamente cuando está
situada en un lugar sin viento.
Esto se afirma en el “Tantra iluminando Vairocana”[23]:
“Habiendo abandonado todas las conceptualizaciones, la iluminación tiene
las características del cielo.”
También, en el mismo texto
dice:
“Guhyapati, no existe ni siquiera una entidad sutil, ni tampoco es aprehendida.
Por tanto, es llamada la insuperable iluminación.”
También es descrito en “Lámpara de Luna”:
“El Bhagavan ha mostrado que dentro de la esencia de la Iluminación, no
existe si siquiera una entidad sutil, ni existe siquiera el nombre de una sutileza.”
La iluminación última es el
Cuerpo de la verdad[24]. La
realización de esto debería de hacerse dependiendo de una cuidadosa práctica de
contemplación de la calma mental y de la visión profunda, durante un largo
periodo de tiempo.
Esto de enseña en el “Explicando lo profundo”:
“Maitreya, has de saber que todas las cualidades virtuosas mundanas y
supra mundanas de los Oyentes, o de los Bodhisattvas, o de los Tathagatas, son
el resultado de la calma mental y de la visión profunda.”
Todas las meditaciones están
incluidas en la calma mental y la visión profunda; por consiguiente, los yoguis
siempre tienen que cultivarlas.
En el mismo texto, dice:
“Uno debería de saber que todas las muchas clases de meditaciones hechas
por los Oyentes, bodhisatvas, y Tathagatas están incluidas en calma mental y
visión profunda.”
La generación de la mente de
la iluminación resulta en un verdadero gran mérito, tal como se afirma en las “Preguntas del joven heroico[25]”:
“Si la generación de la mente de la iluminación tuviera forma, llenaría
todo el cielo, e incluso sería más grande que eso.”
También se dice en el “Haz de troncos[26]:
“¡Oh, joven de buena familia!, la generación de la
mente de la iluminación es la semilla de todas las virtudes de un Buda.”
Incluso si esta generación de
la mente de la iluminación no es aplicada en la práctica, aún tendría su
resultado brillante y meritorio en el mundo.
Tal como se afirma en la “Liberación de Maitreya”[27]:
“¡Hijo de buena familia!, incluso un diamante roto eclipsa
a todos los ornamentos excelentes hechos de oro, y sin perder el nombre de
diamante, continua disipando la pobreza. Similarmente, ¡Hijo de buena familia!,
aunque el diamante de la mente de la iluminación pueda no ser practicada
perfectamente, eclipsa a todos los ornamentos de oro de los Oyentes y
Realizadores solitarios, y no pierde el nombre de bodhisatva ya que disipa la
pobreza de la existencia cíclica.”
También se dice en “Instrucción al rey”[28]:
“¡Oh, Gran rey!, tú tienes muchos deberes y
actividades. Por tanto, si no puedes practicar completamente y constantemente
la perfección de la generosidad hasta llegar a la sabiduría, deberías de
mantener constantemente la convicción, aspiración, fe, e interés en la perfecta
y completa Iluminación, mientas caminas, permaneces de pie, sentado, tumbado,
te levantas, comes, y bebes. Recuérdalo siempre, contémplalo, y concéntrate en
ello. También deberías de regocijarte en las raíces de virtud realizadas por
los Budas, bodhisatvas, Oyentes, gente corriente, y por ti mismo en el pasado,
presente, y futuro.”
Por lo tanto, aquel que desee
la omnisciencia debería de generar la mente de la Iluminación. El Yogui que
desea alcanzar la calma mental y la visión profunda debería de confiar desde el
mismo principio en las causas, los prerrequisitos necesarios para producirlas.
Los prerrequisitos para la calma mental.
¿Cuáles son los
prerrequisitos para producir la calma mental? Habitar en un lugar adecuado,
tener poca atracción hacia los objetos mundanos, poseer contentamiento, abandonar
las actividades excesivas, mantener la ética moral, y eliminar los pensamientos
discursivos tales como el apego y demás, son los prerrequisitos para conseguir
la calma mental.
a)
El lugar adecuado.
Las cinco características de
un lugar adecuado para la práctica de la meditación de la calma mental son: 1)
un lugar donde uno pueda encontrar fácilmente ropa y comida; 2) en el que no
haya personas malvadas o enemigos; 3) donde no existan contagios; 4) donde
vivan compañeros que estén implicados en la práctica de la ética moral; 5)
donde durante el día se reúna poca gente, y que durante la noche sea
silencioso.
b)
¿Qué es tener poca atracción hacia
los objetos mundanos?
Esto es reconocido como siendo
una disminución del apego al sentimiento de superioridad, y la disminución del
deseo de tener grandes cantidades de ropa y demás.
c)
¿Qué es contentamiento?
Contentamiento es estar
satisfecho con lo que uno recibe, tales como ropas de mala calidad, etc.
d)
¿Qué es abandono de las actividades
excesivas?
Esto es restringir las
actividades negativas, tales como perseguir actividades comerciales
inapropiadas, ser excesivamente sociable con monjes o laicos, practicar la
medicina o astrología para beneficio propio, etc.
e)
¿Qué es moralidad pura?
Esto tiene que ver con
mantener los dos votos, el de la liberación individual y los del bodhisatva.
Las ofensas pueden ser contra el precepto de una ley natural, o contra el
precepto de una ley institucional. Uno no debería de violar esos preceptos,
pero si un precepto es roto por falta de cuidado, uno debería de sentir
arrepentimiento y renovarlo rápidamente de acuerdo a la norma.
En los preceptos de los
Oyentes se afirma que algunas transgresiones son incorregibles. No obstante, si
en uno hay arrepentimiento y la determinación de no volver a romper el
precepto, o si uno medita en la realización de la ausencia de existencia
inherente de la mente a través de la cual fue cometida la acción, o medita en
la naturaleza de los fenómenos como carentes de naturaleza inherente, la
moralidad de uno puede volver a hacerse pura de nuevo.
Esta es la única moralidad
pura, y debería de ser entendida de acuerdo a “Disipando el arrepentimiento de
Ajātasatru.”[29]
De esta forma, uno debería de
eliminar el arrepentimiento por las acciones no virtuosas, y esforzarse en la
meditación.
Y también, contemplando que
de los deseos surgen muchas faltas en esta y en las vidas posteriores, uno
debería de abandonar las conceptualizaciones respecto a esos deseos.
Todas las cosas mundanas,
sean queridas o no, tienen la característica de la disolución y la
impermanencia; por tanto, puesto que la separación es segura, ¿De qué serviría
el estar apegados a ellas? Contemplando así, uno debería de abandonar toda conceptualización.
Los prerrequisitos para la visión
profunda.
¿Cuáles son los
prerrequisitos para la visión profunda? Para alcanzar la visión profunda es
necesario confiar en una persona santa, buscar el estudio intenso, y utilizar
una contemplación correcta.
a)
¿Qué significa confiar en una persona
santa?
Esto significa que uno
debería de seguir cuidadosamente las instrucciones de una persona cuyas
cualidades incluyen poseer mucho conocimiento y lucidez, compasión, y paciencia
para superar las dificultades. Uno debería de buscar formarse tanto como uno
pueda con un maestro cualificado de este tipo.
b)
¿Qué significa buscar el estudio
intenso?
Esto significa estudiar
respetuosamente e intensivamente los significados definitivos y provisionales
de las doce clases de escrituras de las enseñanzas del Buda.
Tal como se afirma en “Explicando lo profundo”:
“No aprender las enseñanzas de una persona santa de acuerdo a los deseos
de uno, es un obstáculo para la visión profunda.”
El mismo texto también dice:
“La visión profunda surge de la causa de las visiones correctas, las
cuales son el resultado del estudio y la reflexión.”
“Aquel que tiene la habilidad para estudiar, desarrollará la sabiduría;
y quien posee sabiduría tiene la habilidad para pacificar las impurezas.”
c)
¿Qué es contemplación correcta?
Es la contemplación del
bodhisatva quien, con una buena comprensión del significado provisional y
definitivo de las escrituras, no tendrá dudas respecto a ellas, y de este modo
la meditación será cierta. De otro modo, cabalgando en la cuerda movediza de la
duda, no habrá certeza, y lo mismo que un viajero en un cruce donde se juntan
dos carreteras, uno no puede decidir qué camino tomar.
Un meditador debería de comer
la cantidad adecuada de alimento, pero abandonando la carne, el pescado, y
demás; y ser armonioso y no falto de armonía. Uno debería de completar su
trabajo y asearse antes de sentarse a meditar en un lugar lleno de paz y
confortable donde no haya enemigos y violencia. Los pensamientos de uno
deberían de ser: “Yo colocaré a todos los seres en el asiento de la
iluminación.” Para ello, uno desarrollará la gran compasión, que es el
pensamiento de liberar a todos los seres del sufrimiento.
Rindiendo homenaje a los Budas
y bodhisatvas de las diez direcciones tocando el suelo con los cinco miembros
del cuerpo, uno debería de colocar en frente de uno, o en algún lugar adecuado,
imágenes y pinturas de los Budas y bodhisatvas, alabándolos y haciéndoles
ofrendas con lo que uno pueda.
Entonces uno debería de
confesar las acciones no virtuosas que ha cometido, y regocijarse de las
acciones virtuosas realizadas por todos los seres.
Sentándose en un asiento confortable
con las piernas cruzadas en la posición del loto completa, como la del Bhagavan
Vairocana, o en la posición del medio loto, la que sea más adecuada para uno,
el meditador entonces debería de contemplar la mente.
El cuerpo de uno debería de
estar erguido con la nariz formando una línea recta con el ombligo, los brazos
en posición de equilibrio, con la cabeza ni demasiado baja ni demasiado alta, y
sin inclinarla a un lado.
Con los ojos ni demasiado
abiertos ni cerrados, su mirada debería de estar dirigida a la punta de la
nariz. Uno debería de mantener los dientes y los labios de forma natural, con
la lengua tocando los dientes superiores. La respiración debería de ser
relajada y espontánea, sin hacer ruido o hacerla de forma brusca.
Definición de calma mental.
En primer lugar uno debería
de practicar la meditación de la calma mental, la cual es reconocida como
siendo un estado mental dotado con claridad, que ha eliminado las distracciones
ocasionadas por los objetos externos, y tiene una tendencia entusiástica a la
contemplación espontánea de una imagen espiritual.
Definición de visión profunda.
Cuando la calma mental
comprende la realidad, el análisis o examen de la realidad resultante es la
visión profunda.
Tal como se afirma en “Nube de joyas”:
“La mente emplazada en un solo punto es la calma mental, y el análisis
completo es la visión profunda.”
Los objetos de meditación.
Por lo tanto, el Bhagavan ha
declarado que existen cuatro clases de objetos para los meditadores: 1) la
imagen no discernida; 2) la imagen discernida; 3) la realidad de las cosas; y
4) la perfecta realización del logro.
1)
La imagen no discernida.
A través de la calma mental
el meditador desarrollará convicción acerca de la imagen de todas las
naturalezas, el cuerpo del Buda y demás; y esto es llamado la imagen no
discernida. En esta meditación no hay discernimiento respecto al significado de
la realidad, y por tanto es reconocido como una imagen no discernida.
2)
La imagen discernida.
Para realizar el significado
de la realidad, el meditador analiza entonces con la visión profunda todo lo
que él ha oído o entendido, por tanto esto es llamado la imagen discernida.
Teniendo convicción en lo que sea oído o comprendido, entonces el meditador, a
través de la visión profunda, comprende, examina, o discierne esta imagen para
analizar el significado de la realidad. En este caso, la única característica
de la visión profunda es el discernimiento de la realidad de la imagen; por
consiguiente, es reconocido como siendo la imagen discernida.
3)
La realidad de las cosas.
De esta forma, el meditador
puede realizar tal como es la naturaleza de la imagen. Por ejemplo, cuando uno
examina el reflejo de su cara en un espejo, uno puede detectar la cualidad de
la cara, ver un sitio, etc.
Del mismo modo, cuando uno
realiza la talidad a través de las características del fenómeno, uno comprende
la realidad de las cosas. Por tanto, el primer nivel del bodhisatva es llamado
la comprensión de la realidad de las cosas.
4)
La perfecta realización del logro.
Similarmente, lo mismo que
cuando se usa un elixir medicinal, a través del camino (mahayana) de la
meditación un practicante puede transformar su estado mental impuro en un
estado completamente puro, transitando a través de los restantes niveles del
camino de la meditación. Cuando se produce la consecución del logro, el cual
tiene la característica del abandono de todos los oscurecimientos, entonces se
manifiesta la intuición del nivel de un Buda.
¿Qué demuestra este proceso? Demuestra
que a través de la práctica de las meditaciones de la calma mental y de la
visión profunda, uno puede realizar completamente el logro del abandono de
todos los oscurecimientos. Solo esto es el estado de iluminación. Por tanto,
quien desee alcanzar la iluminación tiene que practicar las meditaciones de la
calma mental y la visión profunda. Si uno no las realiza, no puede realizar la
naturaleza de las cosas, y por tanto será incapaz de alcanzar el logro
perfecto.
El meditador debería de
practicar entonces la meditación de la calma mental emplazando la mente de él o
de ella en una imagen del Tathagata que ha sido vista, o de la que se ha oído
hablar. El cuerpo del Tathagata emana un color de oro refinado, está adornado
con las marcas y las características auspiciosas, permanece rodeado por la
asamblea de los discípulos, y practica a través de diversos medios para el
beneficio de los seres.
Contemplado esto
constantemente, el meditador debería de desarrollar interés en obtener sus
virtudes, y debería de meditar en esta imagen hasta que cesen el sopor y la
agitación, y el meditador pueda ver claramente el cuerpo brillando tan
claramente como si estuviera sentado frente al fuego.
En el “Rey de las absorciones”, dice:
“El cuerpo del Bhagavan es muy luminoso, con una complexión como el oro; aquel o aquella
que emplace su mente en este objeto se afirma que es un bodhisatva en
equilibrio meditativo.”
Entonces el meditador debería
de cultivar la visión profunda contemplando que el cuerpo del Tathagata no
viene de ninguna parte, ni va para ninguna parte. Es vacío de existencia
inherente. No se agarra al “yo” y a lo “mío.” Similarmente, todas las cosas son
vacías por naturaleza. Carecen de ir o venir, como un reflejo. Carecen de existencia inherente y demás.
Tras haber contemplado de
este modo, sin discernimiento o verbalización, el meditador debería de meditar
en la realidad con la mente concentrada en un solo punto, y permanecer sentados
tanto como él o ella quieran. Esta meditación está explicada en “Meditación de
la manifestación del Buda del presente.”[31] Del
mismo texto uno también debiera de estudiar el resultado meritorio esta
meditación.
El meditador también debería
de analizar de este modo: “¿Estoy manteniendo adecuadamente el objeto
aprehendido? ¿Caigo en el sopor? ¿Está la mente distraída por objetos externos?
“
Si el meditador es vencido
por la modorra o el sueño, entonces debería de contemplar una imagen muy
agradable, como la imagen de un Buda, las doce acciones de un Buda, o la
originación dependiente. De este modo, el sopor y la somnolencia serán disipados.
Si la mente de uno es adicta
a las impurezas y actividades, o si existe una posibilidad de llegar a estar
distraídos por las adicciones previas, y no puede contemplar el significado de
la realidad, el meditador debería de contemplar que todas las cosas son
impermanentes, sufrimiento, y demás; que el interior del cuerpo es impuro de
muchas formas; y que los objetos externos no duran. No hay ningún objeto en el
que se pueda confiar porque no son permanentes. Por tanto, uno debería de
reflexionar en la naturaleza de las cosas, y frenar la distracción ocasionada
por ellas.
Cuando el meditador no cae en
el sopor o la agitación, la mente de él o de ella percibirá espontáneamente su
objeto. En ese momento, uno debería de aminorar su esfuerzo y cultivar la
ecuanimidad.
En resumen, con la cuerda de
la atención mental y la vigilancia, el meditador debería de atar al elefante de
la mente al pilar del objeto percibido.
Habiendo hecho esto, él
debería de permanecer en el estado de calma mental y discernimiento de la
realidad con sabiduría. Uno también debería de saber que la calma mental sola
no es suficiente para ver la verdad.
La realidad última.
¿Qué es la realidad última? A
nivel último, los fenómenos carecen de existencia propia. La persona, los cinco
agregados, y todas las cosas atribuidas carecen de una naturaleza intrínseca.
¿Cómo podemos realizar esto?
Podemos realizarlo por medio de la sabiduría, y no por otros medios.
Tal como se afirma en “Explicando lo profundo”:
“Avalokiteshvara: Bhagavan, ¿Cómo puede un bodhisatva realizar la
ausencia de existencia inherente de las cosas?
Tathagata: Avalokiteshvara, un bodhisatva puede realizar
la ausencia de existencia inherente de las cosas, por medio de la sabiduría.”
Por consiguiente, uno debería
de permanecer en la concentración de la calma mental, y cultivar la sabiduría.
El meditador debería de
analizar de este modo: “El ego[32] no es percibido
existiendo aparte de los agregados[33], los
elementos[34], y las
esferas de los sentidos[35]. Un ego
no tiene las características de los agregados y demás, porque los agregados y
demás tienen las características de la impermanencia y pluralidad, mientras que
de acuerdo a las doctrinas de las escuelas no budistas, una persona tiene las
características de eternidad y de ser una sola. Esta es una afirmación falsa
carente de realización de la verdadera naturaleza de la entidad. Pero un ego
tiene que poseer la característica de ser uno o varios; no existe ninguna otra
forma de existir aparte de estas. Así que uno debería de contemplar el concepto
mundano de “yo y mío” como siendo algo erróneo.
La ausencia de identidad
propia de los fenómenos también debería de ser cultivado de este modo. En
resumen, “fenómenos” significa los cinco agregados, las doce esferas de los
sentidos, y los dieciocho elementos. Desde el punto de vista último, los
elementos, las esferas de los sentidos, y los agregados que son materia no
existen aparte de las características de la mente. Si los dividimos en átomos y
analizamos los átomos, no hay otra esencia que pueda ser observada.
Así, en “Descenso a Lanka”, dice:
“Habiendo analizado las substancias hasta llegar a los átomos (y más
allá), uno ya no puede aprehender sus formas. La exposición de “solo mente” no
puede ser realizada por una visión inferior.”
No obstante, desde un tiempo
sin principio, nosotros hemos estado apegados erróneamente a la forma y demás.
Así que, para la gente ordinaria, la mente, lo mismo que las formas en un
sueño, aparece bajo el aspecto de la forma de un objeto externo; pero desde un
punto de vista último, aparte de la mente, la forma y los demás objetos no
existen. Esta es la forma en la que uno debería de examinarlo.
Esto también es explicado en
el mismo texto:
“Las formas no existen; es solo la propia mente la que aparece como
formas externas.”
También en el mismo texto:
“Confiando solo en la mente, uno no debería de aprehender los objetos
externos. Percibiendo la talidad, uno tiene que ir más allá de la mente.
Habiendo ido más allá de la mente, uno debe de ir más allá de la apariencia.
Así, permaneciendo en la no apariencia, el meditador percibe el Gran Vehículo”
En la realidad última, los
objetos externos no existen. Similarmente, la mente tampoco puede aparecer como
un objeto externo. ¿Por qué? Porque si los objetos externos tienen la
naturaleza de la mente, también tendrían que tener la naturaleza de la
cognición, o si la cognición tuviera la naturaleza de la forma, entonces la
mente no podría tener cognición.
Similarmente, si los objetos
poseen múltiples variedades, entonces la mente también poseería múltiples
variedades; o lo mismo que la mente, los objetos no tendrían diversidad, y
además, lo mismo que la mente, los objetos tampoco serían visibles.
Si no existen objetos
externos, y es solo la mente la que aparece como un objeto externo, entonces el
objeto podría ocurrir en cualquier parte, de acuerdo a sus aspectos de forma y
color, solo con que uno piense o lo desee. O si uno reduce una forma a sus átomos,
y también descompone sus átomos, entonces no existiría nada. De este modo,
tampoco la mente existiría. Por tanto, no es posible para la mente aparecer
como un objeto. Consecuentemente, sujeto y objeto, y del mismo modo también
todas las aprehensiones, son similares a un sueño.
La doctrina de “solo mente.”
La doctrina de “solo mente”
afirma: “Desde un tiempo sin principio,
uno aprehende la mente como forma, y así, a través de la maduración de una
propensión, la mente aparece como forma y demás.”
Pero esto no es correcto. Un
objeto no existe desde un tiempo sin principio. Por tanto, la existencia de una
propensión no es lógica.
El Buda afirma en los “Diez niveles”[36]:
“Los Tres reinos son solo mente.”
Y también en el “Descenso a Lanka”:
“Los objetos externos no existen; pero la propia mente de uno aparece
como objetos externos.”
La doctrina de la vacuidad.
Estas explicaciones de “solo
mente” son para refutar la existencia de las cosas en un sentido último, y para
el beneficio de los distintos discípulos. Por tanto, puesto que los objetos, la
forma y demás, son falsos, similarmente la mente también es falsa porque aparte
de la forma y demás, la mente no existiría.
Como hay una multiplicidad de
objetos externos y demás, no pueden tener una naturaleza intrínseca de unicidad
o multiplicidad. De esta manera, la mente tampoco puede tener la naturaleza de
unicidad o multiplicidad porque no existe aparte de los objetos externos y
demás. Por lo tanto, la mente tiene solo la característica de la originación dependiente,
ilusión, y demás. Similarmente, lo mismo que la mente, uno debería de
considerar que todos los fenómenos solo tienen la característica de la
originación dependiente, ilusión, y demás. De modo que, si uno analiza con la
sabiduría perfecta la naturaleza inherente de todas las cosas, uno no puede
percibirlas. Uno no aprehende el pasado, presente, o futuro.
Esto también es mencionado en
“Nube de joyas”:
“Así que, quien es diestro en discernir los defectos, debería de
cultivar la meditación en la vacuidad, la cual está libre de fabricaciones
mentales. A través de la intensa meditación en la vacuidad, aquel que busca la
esencia de las cosas en las cuales su mente se complace y deleita, realizará la
vacuidad de esos fenómenos. Similarmente, si uno busca la mente, también puede
realizar la vacuidad de la mente. Desde un punto de vista último, aquel que
busca la realización de la mente puede realizar su vacuidad, y a través de esta
realización, puede entrar en la meditación de la carencia de signos.”
Por tanto, todos los
fenómenos, tanto sujeto como objeto, y demás, en su naturaleza intrínseca son
vacíos, como un espejismo y demás. Sin embargo, el discernimiento de la
originación dependiente de esto y de eso, es convencional.
Por consiguiente, en “Descenso a Lanka”, dice:
“La originación de los fenómenos es convencional, pero a nivel último no
hay existencia inherente.”
Y en el “Desarrollo de la actividad completa[37]”, dice:
“El príncipe de los Sakya, quien había visto a ausencia de existencia
inherente de la originación dependiente de todos los fenómenos, y quien poseía
una mente semejante al cielo, no se perturbó ante la visión de Mara y su
ejército.”
En la “Joya como una antorcha”[38], dice:
“Eso que surge de condiciones no surge en su naturaleza intrínseca. El
Cuerpo de la verdad[39] de
los Conquistadores[40] es
excelente y siempre existe, lo mismo que el espacio. Confiando en esto, uno
puede realizar el proceso de la práctica del Dharma.”
Esto también es mencionado en
“La sabiduría rey ornamento de la entrada en todos
los campos búdicos”[41]:
“Aquel que realiza la esencia de todos los fenómenos, no fabrica nada,
porque todas las cosas son producidas por causas y condiciones. Eso que es
producido por causas y condiciones, a nivel último, no es producido.”
El Noble Nagarjuna también
dijo en las “Sesenta estrofas de
razonamiento”[42]:
“Lo que surge, siendo
dependiente de esto y de eso,
No es creado inherentemente;
¿Cómo podéis llamar “creado”
A lo que es intrínsecamente
no creado? (19)
Imaginando cualquier tipo de
creación,
En algo, incluso en forma
sutil,
Semejante individuo carente
de sabiduría
No es capaz de ver el
significado de “producción condicionada”. (12)
Así que, desde el punto de vista de la verdad última, no hay naturaleza
inherente; y la originación dependiente de la verdad convencional es meramente
como la ilusión creada por un mago.
Esto es afirmado en “Descenso a
Lanka”:
“La originación de los
fenómenos es convencional, pero a nivel último no hay existencia intrínseca.
Eso lo cual está equivocado con respecto a la falta de naturaleza intrínseca de
las cosas, es aceptado como lo convencional.”
Así que, la ausencia de existencia inherente es la intención de las
enseñanzas del Buda. Por tanto, a nivel último, no es correcto decir que las
cosas surgen de sí mismas, de otro, de uno y de otro a la vez, o sin causa.
Las cosas no surgen de sí mismas o de otros. Las cosas no pueden surgir
de sí mismas. Si las cosas se originaran por sí mismas, ¿Lo hacen las ya
originadas, o las que aún no están originadas? Si uno dice que las cosas ya
originadas son las que originan, entonces, una no originación no podría
acontecer nunca, pues estarían originando sin parar.
Si las cosas no originadas pudieran originar, entonces cosas tales como
los cuernos de un conejo, el hijo de una mujer estéril, y una flor en el cielo
sería posible que existieran. Por tanto, las cosas no se originan por sí
mismas, y no pueden surgir de otros. Si las cosas pudieran surgir de otros,
entonces existiría el problema de que cualquier cosa podría surgir de cualquier
cosa. Las cosas no pueden originarse ni de sí mismas ni de otros, debido a los
problemas mencionados antes.
También, las cosas no pueden surgir sin causa, no dependiendo de nada,
porque las cosas estarían surgiendo sin cesar. En este caso, sin depender de
una causa, las cosas serían no condicionadas, y entonces, se daría el problema
del existir eterno lo cual resultaría en caos, porque todos los esfuerzos para
conseguir el fin propuesto serían inútiles.
De esta manera no hay validez para el surgimiento de las cosas. Por lo
tanto, no existe posibilidad del surgimiento de las cosas. La expresión
“surgimiento de las cosas” es meramente convencional. A nivel último, no existe
ni el Buda, ni el nirvana. En ese caso, es innecesario hablar de las otras
cosas. Así que uno debiera de discernir.
Tal como se dice en la “Perfección
de la sabiduría”:
“Subhūti, incluso el Buda es como un sueño y una
ilusión; incluso el nirvana es como un sueño y una ilusión; y si hubiera una
cosa mucho mejor que el nirvana, eso también sería como un sueño y una
ilusión.”
Instalando la mente en la meditación.
Por tanto, y a nivel último, todo lo compuesto y no compuesto, es no
existente en su naturaleza intrínseca. Uno debería de meditar así.
Continuando la meditación.
De esta manera, todo lo que es conceptualizado está basado en algo no
existente. Ante esto, no hay nada que deba de ser discernido. Así que uno debería
de permanecer meditando claramente sin esfuerzo en la realidad, espontáneamente
activo en un estado mental de no discernimiento, sin investigación, análisis, o
crítica. Permaneciendo así, uno debería de procurar la continuidad de una
concentración meditativa sin distracción.
Reinstalando la mente en la meditación.
Si la mente de uno llegara a estar distraída por los objetos externos,
uno debería de examinar la naturaleza de la mente, y cuando la distracción
cese, uno debería de volver a concentrarse en el mismo objeto en el que estaba
centrado.
Instalando completamente la mente en la meditación.
Uno debería de colocar la mente en la no conceptualización libre de
fabricación. No permanece en la forma y demás. Si uno examina con sabiduría la
naturaleza inherente de las cosas, no aprehenderá nada, y entonces se
convertirá en el meditador de la sabiduría perfecta.
Cultivando el interés.
Cuando la mente de uno no tiene interés en la meditación, uno debería
de buscar las virtudes de la meditación, y debería de cultivar un interés que
se deleita en ello.
Parando las distracciones.
Viendo los defectos que hay en la distracción, uno debería de frenar la falta de interés en la meditación.
Cesando las distracciones.
Cuando el amodorramiento o el sueño inhiban la mente y produzcan falta
de claridad, uno debería de contemplar una cosa muy placentera como es la
imagen de un Buda, la originación dependiente, o las doce acciones del Buda.[43]
Entonces cesará la distracción, dándole a uno una contemplación firme
de la realidad. Del mismo modo, debido al deseo hacia los objetos a los que uno
previamente ha tenido apego, cuando la mente de uno es distraída, o está a
punto de caer en la distracción, uno debería de contemplar la impermanencia y
demás, y descartando aquello que la causa, uno debería de parar la distracción.
Generando la concentración en un solo punto.
Entonces, uno debería de esforzarse para que la mente retorne
espontáneamente al objeto centro del enfoque.
Generando ecuanimidad.
El embotamiento o la agitación ocurren cuando la mente no permanece en
la realidad, y por consiguiente no hay quietud de la mente. Cuando la mente se
concentra en la realidad claramente, uniformemente y espontáneamente, no existe
embotamiento ni agitación, y el meditador debería de establecerse en la
ecuanimidad relajadamente. En ese momento, él ha realizado el sendero de la
unión de la calma mental y la visión profunda.
A veces, cuando se está meditando con la visión profunda, la sabiduría
de uno puede llegar a ser excesiva, y la calma mental de uno puede llegar a
ralear. Esto produce que la mente de uno oscile como una lámpara de aceite
expuesta al viento, haciendo que el meditador sea incapaz de percibir la
realidad. En ese momento, uno debería de cultivar la calma mental.
También, cuando hay mucha calma mental, uno es incapaz de ver la
realidad claramente, y uno es como una persona que se siente dormida. En este
caso, uno debe de cultivar la visión profunda.
Lo mismo que dos bueyes uncidos trabajando juntos, cuando están unidas
la calma mental y la visión profunda y se enfocan de forma equilibrada en la
realidad, uno debería de permanecer inmóvil en meditación mientras el cuerpo y
la mente se sientan confortables.
Los obstáculos para la meditación.
En resumen, todas las meditaciones tienen seis obstáculos: pereza,
olvido del objeto, sopor, agitación, no esforzarse, y esforzarse en demasía.
Como antídotos a esto, uno debería de cultivar ocho aspectos: fe,
aspiración, esfuerzo, flexibilidad, atención mental, vigilancia, consciencia
clara, y ecuanimidad.
Los cuatro primeros son antídotos para la pereza. A través de la fe en
la meditación, uno tiene confianza. A través de la confianza, el meditador
puede desarrollar la aspiración. A través de la aspiración, puede ser
desarrollado el esfuerzo. El esfuerzo produce un cuerpo y mente flexibles, y
llenos de energía. De este modo, la fe y demás llegan a convertirse en
antídotos contra la pereza.
La atención mental es el antídoto contra el olvido del objeto. La
vigilancia es el antídoto para el sopor y la agitación. Reconociendo estos dos
a través de la vigilancia, uno es capaz de erradicarlos.
Cuando aparecen el sopor y la agitación, si uno no hace un esfuerzo
para pararlos, esto supone una falta. Por tanto, como antídoto para ellos uno
debería de cultivar la consciencia clara. Pero cuando el sopor y la agitación
han cesado, y aún se está aplicando más esfuerzo, entonces la mente llegará a
estar distraída.
Cuando aparece el sopor, y no se aplica esfuerzo, entonces, debido a la
falta de visión profunda, la mente llegará a estar totalmente cegada. Por
tanto, uno debería de parar el sopor y la agitación, y desarrollar una
ecuanimidad equilibrada. Entonces, sin ningún movimiento, el meditador debería
de concentrarse en la realidad durante tanto tiempo como desee.
Si ocasionalmente aparece un obstáculo para el cuerpo o la mente, uno
debería de examinar todos los fenómenos
mundanos, y realizar que todos ellos son como una ilusión, un sueño, un espejismo,
el reflejo de la luna en el agua, y una alucinación.
“A través del conocimiento
supra mundano de la realidad, uno ve todas las cosas como si fuera la esfera
del cielo, y a través de conocimiento subsecuente surgido de este equilibrio,
uno ve todas las cosas siendo como una ilusión, un espejismo, o el reflejo de
la luna en el agua.”
Tras realizar que la existencia cíclica es como una ilusión, uno tiene
que desarrollar la gran compasión hacia todos los seres. Uno debería de pensar
así: “Puesto que los seres tienen mentes pueriles, no realizan la profunda
naturaleza de las cosas. Ellos han asumido que las cosas, que han sido paz
desde el principio, son realmente existentes. Tras haber estado engañados de
este modo, ellos han acumulado gran
cantidad de acciones e impurezas a resultas de las cuales están vagando en la
existencia cíclica y padeciendo sus sufrimientos. Por lo tanto, tengo que
ayudar a esos seres a realizar la naturaleza verdadera de las cosas.”
Después de esta contemplación, uno debe de descansar. Entonces, de
forma similar, uno debería de entrar en la meditación de la no producción de todas
las cosas. Si la mente llegara a desanimarse, uno debería de relajarse y volver
a retomar la misma meditación.
Cuando uno está en un retiro de meditación ese proceso debería de ser
hecho durante tres horas, o durante una y media, o durante una hora, o durante
tanto tiempo como uno pueda permanecer sentado en meditación.
Entonces uno puede levantarse de la meditación, o, si uno lo desea, sin
abandonar la postura del loto, puede contemplar así: “Desde un punto de vista
último, todas las cosas son no originadas, pero debido a la conglomeración de
varias causas, cuando no son analizadas, aparecen como objetos agradables.”
Como resultado, no habrá ni repudio, ni cosificación. Cuando uno
analiza las cosas con sabiduría, uno no puede aprehender las cosas como
intrínsecamente reales, y de esta manera no caerá en el extremo del eternalismo
o cosificación.
Si no fuera sí, ¿Cómo podría la relación de causa y efecto, y demás,
funcionar?
También, si no fuera así, el Bhagavan no habría dicho en “Descenso a Lanka”:
“El surgir de las cosas ocurre
de forma convencional; a nivel último, no existe naturaleza intrínseca.”
La persona de capacidad pequeña.
Aquellos que carecen de la visión profunda de la sabiduría poseen un
conocimiento falso. Atados al ego, comenten muchas clases de acciones, y
consecuentemente vagan en la existencia cíclica.
La persona de capacidad media.
Aquellos que no están apegados a la existencia cíclica, pero que
carecen de la gran compasión, no practican la perfección de la generosidad y
demás, para beneficio de los seres. Al carecer de medios hábiles, se esfuerzan
solo para lograr su propia paz, y caen en el sendero de los Oyentes y de los
Realizadores solitarios.
La persona de capacidad grande.
Los bodhisatvas, con la fuerza de la gran compasión, han tomado el voto
de liberar a los seres del sufrimiento, incluso a pesar de que ellos han realizado
la naturaleza de los seres como vacuidad. Ellos no tienen un conocimiento
erróneo, lo mismo que un mago no tiene un conocimiento erróneo respecto a su
representación, y realizan grandes acumulaciones de mérito y sabiduría.
Consecuentemente, tras haber alcanzado el estado de un Tathagata, viven
para traer toda clase de beneficio y felicidad a los seres.
El nirvana de no permanencia.
Ellos[45]
han abandonado todas las impurezas a través de la fuerza de todas sus
acumulaciones de sabiduría. Por tanto, no caen en la existencia cíclica. Al
estar preocupados por el bienestar de todos los seres, ellos han reunido una
gran cantidad de mérito. Por la fuerza de esto, ellos no caen en el nirvana, y
se han convertido en los benefactores de todos los seres.
De este modo, aquellos que desean beneficiar y hacer felices a todos
los seres, y alcanzar el nirvana de no permanencia, tienen que esforzarse en
acumular una gran cantidad de mérito y sabiduría. Uno debería de contemplar
así.
“A través de la acumulación de
la sabiduría, abandonan todas las clases de impurezas; a través de la
acumulación de mérito, ellos han llegado a ser los benefactores de todos los
seres. Por lo tanto, ¡Oh Bhagavan!, un bodhisatva, un gran ser, debería de
esforzarse en las acumulaciones de mérito y sabiduría.”
“Los Tathagatas no surgen solo
de una única causa. ¿Por qué? ¡Oh, Hijo del victorioso!, los Tathagatas están
hechos de innumerables decenas de cientos de miles de causas perfectas. ¿Cuáles
son? A través de cantidades innumerables e inmensurables de mérito y sabiduría,
perfectamente hechos de causas infinitas.”
“Amigos, el cuerpo del
Tathagata ha surgido de cientos de méritos, y ciertamente surge de todas las
cosas virtuosas.”
Conclusión de la sesión de equilibrio meditativo.
Habiendo hecho esta meditación, uno debería de poner fin a su postura
formal sentado, y rendir homenaje a los Budas y bodhisatvas de las diez
direcciones, alabarlos y hacerles ofrendas, recitar la oración de aspiración de
la “Noble práctica excelente”[49] y
demás.
Entonces, para dedicar la sabiduría de la vacuidad y la gran compasión
a la insuperable iluminación, uno debería de esforzarse en la acumulación de
mérito a través de la generosidad y las demás perfecciones, y demás.”
Algunos argumentos acerca de la meditación.
Algunas personas han dicho que uno puede alcanzar la iluminación solo a
través de escuchar las enseñanzas profundas, y que por lo tanto no es necesaria
la meditación.
“Con solo la escucha,
búsqueda, y preservación de esta escritura, uno puede alcanzar la insuperable
Iluminación.”
Por tanto, algunos han dicho que no es necesario meditar. Ante esta
afirmación, yo respondo lo siguiente. Esta enseñanza tiene una intención de
guiar a los discípulos hacia el sendero, y posee un significado provisional,
pero no un significado definitivo. Sin práctica y meditación, uno no puede
abandonar todos los oscurecimientos, y no puede lograr la omnisciencia.
“El bodhisatva Dharma-sri, dijo
al bodhisatva Mañjushri:
¡Oh, Hijo del Victorioso!,
escúchame. Solo con oír esta enseñanza del Buda, uno no puede alcanzar el fin
último.
Algunas personas débiles son
arrastradas constantemente por la corriente de un rio, y sin embargo mueren de
sed. Escuchar el Dharma, sin meditación, es semejante a esto.
Alguien que ha dado mucha
comida y bebida a mucha gente, y sin embargo murió de hambre. Escuchar el
Dharma, sin meditación, es semejante a esto.
Similarmente, un buen médico
que tiene todos los tipos de medicina, y sin embargo murió de una enfermedad
estomacal. Escuchar el Dharma, sin meditación, es semejante a esto.
Similarmente a alguien que
puede contar muchas clases de joyas en un tesoro, pero que no puede encontrar
ni siquiera medio grano de cebada. Escuchar el Dharma, sin meditación, es
semejante a esto.
Una persona que mora en un
palacio real, y que posee toda clase de disfrutes, pero carece de comida y
bebida. Escuchar el Dharma, sin meditación, es semejante a esto.
Una persona sorda muy diestra
en la música, pero que no puede oírse a sí mismo. Escuchar el Dharma, sin
meditación, es semejante a esto.
Un artista ciego que puede
crear su obra en medio de la plaza del mercado, pero que no puede verlo.
Escuchar el Dharma, sin meditación, es semejante a esto.
Un barquero que cruza a mucha
gente a través del gran río, pero él mismo se ahoga en él. Escuchar el Dharma,
sin meditación, es semejante a esto.”
Por consiguiente, la primera escritura[52] tiene
un significado provisional. Sin meditación, uno se estará demorando en alcanzar
el fin último, que es la Iluminación.
Algunas personas han dicho que uno no necesita buscar la soledad, o
practicar la meditación, y que a través de la generosidad y hacer ofrendas a
las Tres Joyas es posible alcanzar la
iluminación.
Ante esto, mi respuesta es esta: sin buscar la soledad y practicar la
meditación, no es posible alcanzar la omnisciencia.
“El Buda dijo: Kasyapa, tras
haber llenado este macro universo de un millar de miles de sistemas de mundos
con aceite de mostaza, desde el océano hasta el Cielo de Brahma, y colocado una
mecha tan grande como el Monte Sumeru, uno ofrece esta lámpara al Tathagata.
Además, uno ofrece este macro universo de un millar de miles de mundos lleno de
flores, incienso, perfumes, fragancias, banderas, toldos, estandartes, y
parasoles a los Tathagatas de los tres tiempos, tres veces al día y tres veces
a la noche durante cien mil años. Sin embargo, aquel que se esfuerza por lograr
la iluminación, permanece en la ética moral, recibe enseñanzas de preceptores o
maestros, recita sutras, contempla el significado de al menos una estrofa de
cuatro líneas, está alarmado por la conversación excesiva, está alarmado por
los Tres reinos, desea alcanzar la realización para beneficio de los seres, o
da al menos siete pasos hacia la soledad, genera más mérito que el anterior.
También, el Rey Nimindhara,
hizo grandes ofrendas de comida, ropas, ropa de cama, flores, fragancias, incienso, banderas, toldos,
estandartes, parasoles, y también su reino,
los siete materiales preciosos, y muchas otras cosas a Tathagata
Puspavisva durante ochenta y cuatro mil años.
Al mismo tiempo, también hubo
uno que vivió en soledad, que meditó en el no surgimiento de las cosas durante
un solo momento que duró lo que un chasquido de dedos. El mérito del primero no
puede compararse al del último ni siquiera en una milésima de una cien
milésima.”
Así, en muchos sutras se afirma que la práctica de la generosidad solo
tiene un beneficio limitado, mientras que la meditación en soledad tiene mucho
más.
“Monjes, un bodhisatva, un
gran ser, nunca debería de abandonar su estancia en soledad, incluso aún a
riesgo de su vida.”
En el “Montón de joyas”,
también dice:
“Todos los seres alcanzarán la
iluminación en la soledad, donde los Budas anteriores, los Señores del mundo,
alcanzaron el nirvana.
Si uno permanece en soledad,
uno abandonará rápidamente el ansia por los objetos de deseo. Tras haber
entendido la causa exacta de las impurezas, uno apartará su mente de ellas.
Tras haber abandonado los
afanes mundanos y morar en la soledad, el sabio que ve la realidad estudia de
forma acorde a los Budas.
Aquellos que se esfuerzan por
alcanzar la iluminación, quienes buscan y se deleitan en la soledad, no confían
en los asuntos mundanos.
Aquel que entra y practica el
sendero perfecto del Buda perfecto, no tendrá ninguna dificultad en alcanzar la
iluminación.”
Por tanto, uno debería de buscar la soledad, y esforzarse en la calma
mental y la visión profunda.
“También, Shariputra, un
bodhisatva cabeza de familia que sirve a tantos Tathagatas como granos de arena
hay en el Ganges, y a sus discípulos, ofreciendo toda clase de cosas
placenteras durante tantos eones como el número de granos de arena hay en el
Ganges, no conseguirá más mérito que el de un bodhisatva que renuncia a los
asuntos mundanos, y da siete pasos hacia la soledad. Como resultado, el
bodhisatva renunciante que busca la soledad pronto alcanzará la iluminación.”
Por tanto, uno debería de hacer un esfuerzo para residir en soledad.
Algunas personas sostienen que a través de leer y escribir las
escrituras, uno puede poner fin a las impurezas y las acciones[56],
y que por tanto, no es necesario examinar la realidad.
Yo respondo a esto con los
siguientes pasajes del “Montón de joyas”:
“Por ejemplo, Kasyapa, hasta
que alguien la ilumine, una casa permaneció sin luz durante cien mil años. ¿Qué
piensas, Kasyapa? ¿Piensa la oscuridad de la casa, que tras haber estado allí
durante cien mil años, debería no irse de allí?
Kasyapa dijo: Bhagavan, la
gran oscuridad no tiene el poder de no irse, debido a la luz. Definitivamente,
tiene que irse.
El Bhagavan dijo:
Similarmente, Kasyapa, las acciones
e impurezas[57] reunidas durante cien mil años serían
disipadas por un solo examen correcto de la visión profunda. Kasyapa, luz
significa la facultad de la sabiduría transcendente, y la gran oscuridad
significa acciones e impurezas.”
Además, en el mismo texto dice:
“Kasyapa, a través de un solo
análisis correcto de la visión profunda uno puede purificar las acciones e
impurezas reunidas a lo largo de cien mil eones.”
Por tanto, leer y escribir las escrituras consigue menos mérito que la
meditación.
Algunos dicen que permaneciendo como un cabeza de familia y practicar
las acciones virtuosas, uno puede alcanzar la iluminación; y que por lo tanto
no es necesario buscar la soledad, y la práctica de la calma mental y la visión
profunda.
Para responder a esto, se citan los siguientes pasajes de “Lámpara de Luna”:
“Persiguiendo el deseo,
anhelando descendientes y esposas, y confiando en el estatus inferior de un
cabeza de familia, uno nunca puede alcanzar la insuperable, perfecta, y
completa iluminación.
Abandonando el deseo, como un
fuego hecho con boñiga de vaca, abandonando el anhelo por esposas e hijos,
decepcionado y renunciando a los asuntos mundanos, uno no tendrá dificultad en
alcanzar la insuperable, perfecta, y completa iluminación.
En el pasado, nadie que
permaneciera como cabeza de familia ha alcanzado la insuperable, perfecta, y
completa iluminación; y tampoco la logrará nadie en el futuro.
Abandonando incluso un reino
como si fuera un esputo, habitando en la soledad, abandonando las impurezas,
venciendo a un ejército de demonios, uno puede alcanzar la iluminación inmaculada
e incondicional de la budeidad.
Deseando entusiásticamente la
iluminación, sintiendo repulsión hacia todas las cosas inferiores compuestas, y
dirigiéndose hacia el bienestar de los seres, aquel que da siete pasos hacia la
soledad reúne el mérito más superior.
Aquellos que no sienten apego
ni rechazo hacia nada serán muy felices en este mundo humano. Aquellos que se
deleitan en los bosques y en las laderas de las montañas experimentarán las
comodidades de la vida del monje.
Los meditadores que no tienen
posesiones personales y que no anhelan nada, viven en el mundo como
rinocerontes, y se mueven en el espacio como el viento.
Aquellos cuyas mentes no
están atadas a este mundo son felices, y como no están apegados a lo agradable
y desagradable, sus mentes siempre están libres como el viento.
Ellos no se deleitan en la
extinción del sufrimiento, ni en la existencia del sufrimiento, sino que
disipan estos dos extremos. Así que, aquellos que se deleitan en esa doctrina
serán felices.”
Además, en el mismo texto dice:
“Tras disipar todas las
faltas, los meditadores siempre se involucran menos en las actividades
mundanas; aquellos que se esfuerzan en la meditación, nunca tienen disputas. Esta
es una ventaja de morar en la soledad.
Aquellos que han renunciado a
las entidades compuestas mundanas, y no sienten deseo por las cosas mundanas,
no incrementarán sus impurezas. Este es un resultado meritorio de vivir en un
bosque.
Ellos no discuten con nadie,
y diligentemente controlan cuerpo, palabra, y mente. Así que hay muchas clases
de mérito en vivir en la soledad.
Estos meditadores son capaces
de realizar rápidamente la liberación llena de paz. Viviendo en soledad, y
habiéndose aproximado a la liberación, el que mora en la soledad adquirirá
todos estos méritos.”
Esto se dice en la misma escritura:
“Abandonando el apego a las
ciudades y aldeas, uno debería de aproximarse siempre a los bosques y lugares
solitarios. Uno siempre debería de permanecer sin compañía, como un
rinoceronte, entonces esta excelente absorción meditativa será alcanzada
rápidamente.”
“Abandonando los asuntos
mundanos, los cuales poseen una inmensurable profundidad de defectos, y no
estando ansiosos por la riqueza, los bodhisatvas virtuosos, quienes han domado
los sentidos y han alcanzado la tranquilidad, se complacen en la soledad. Nunca
son excesivamente gregarios con hombre y mujeres, Viven de forma pura e
inmaculada, como el rinoceronte.
Ellos no se entusiasman con
la ganancia, ni se disgustan ante la pérdida; tienen pocos deseos y están
contentos con todo. Ellos abandonan la astucia y la hipocresía. Ellos se
esfuerzan en beneficio de los seres perfeccionando la generosidad, y demás; se
esfuerzan en la meditación y en alcanzar la mente perfecta: la sabiduría de un
Buda.
Estando desapegados incluso
de sus propios cuerpos, vidas, y familiares queridos, los bodhisatvas practican
siempre el sendero de la iluminación con mentes meditativas semejantes a un
diamante. Sus mentes no resultarían alteradas incluso aunque alguien cortara
sus cuerpos en pedazos. Sin deseo de omnisciencia, hacen un esfuerzo firme por
lograr la iluminación.”
Una vez que uno ha conseguido obtener esta vida humana preciosa, si la
mente de uno no es purificada, debido al apego a la ganancia, respecto, y
deseo, uno se habrá engañado solo a sí mismo en este mundo de dioses y hombres.
Por tanto, uno debería de abandonar todo el ajetreo mundano, y buscar la
soledad para practicar la calma mental y la visión profunda.
Esto también se afirma en el “Montón
de joyas”:
“Kasyapa, una persona es
arrebatada por las grandes olas del océano, y muere de sed. Similarmente,
Kasyapa, algunos ascetas y brahmines han realizado muchas enseñanzas, pero no
han eliminado el deseo, enfado, e ignorancia. Ellos han sido arrebatados por la
ola de un océano de Dharma, pero mueren debido a la sed de las impurezas, e
irán a un estado desafortunado en la existencia cíclica.”
Por consiguiente, el meditador no debería de dejar que su mente tienda
hacia ninguna clase de impureza.
“Cabeza de familia, un
bodhisatva ermitaño debería de contemplar así: ¿Con qué propósito permanezco en
soledad? El mero vivir en soledad no hace que uno sea un asceta, si no existe
purificación, si no está lo escondido, si no está pacificada la mente, si no
está domada, si no hay diligencia, y si no hay esfuerzo. Sería lo mismo que los
ciervos, monos, pájaros, forajidos, y muchos otros seres inferiores que también
viven en la soledad, y sin embargo no están dotados con los méritos del asceta.
Por tanto, yo debería de realizar el propósito del ermitaño, para lo cual es
por lo que yo moro en esta soledad.
Cabeza de familia, uno
debería de analizar así. Un bodhisatva eremita debería de contemplar así: ¿Para
qué me aproximo a la soledad? Debido al miedo y al terror, yo vengo a vivir en
la soledad. ¿Qué miedo y terror? El miedo y terror a las multitudes
bulliciosas, la asociación, deseo, odio, ignorancia, orgullo, arrogancia,
ocultamiento de las acciones no virtuosas, apego, envidia, y avaricia; a la
forma, sonido, olores, sabores, y lo tangible; al demonio de los agregados, el
demonio de las aflicciones, el demonio del Señor de la muerte[60], y el demonio hijo de los dioses[61]; las visiones erróneas que consideran lo
impermanente como permanente, el sufrimiento como felicidad, lo carente de entidad
propia como poseyendo esa entidad, lo impuro como puro; el pensamiento, la
mente, y la consciencia; la existencia cíclica, el estado en el que se vaga sin
control; la visión de la agrupación transitoria como siendo un ego permanente;
el aferramiento al “yo” y lo “mío”; la excitación, arrepentimiento, y duda; los
malos amigos; la ganancia y el respeto; los malos maestros; el falso ascetismo;
la malevolencia; los Reinos del deseo, forma, y sin forma; el nacimiento y la
muerte dentro de la existencia cíclica, tales como renacer en el infierno o
como un animal, como un fantasma hambriento, o sin poseer ocio. En resumen, yo
tengo terror a todas estas cosas. Por tanto, tengo miedo y terror. Por ello, he
de encaminarme a la soledad.”
Por consiguiente, de acuerdo a este sutra, el meditador debería de
permanecer en soledad. Uno no debería de permanecer en soledad con los
pensamientos impuros.
También dice:
“Cabeza de familia, cualquier
temor que pueda tener un bodhisatva eremita que viva en la soledad surge del
aferramiento al yo, del apego al yo, de anhelar un yo, de la percepción de un
yo, de sostener un yo, de alardear de un yo, de la visión que quiere al yo, del
estado egocéntrico, de la inclinación egocéntrica, y de la protección del ego.
Si yo habito en la soledad, pero no abandono todas estas cosas, mi estancia en
la soledad será en vano. También, uno debería de pensar de esta forma: morar en
la soledad es inútil para quien tiene la percepción de “yo y los otros”.
Además, cabeza de familia,
vivir en la soledad significa hacerlo sin depender de las cosas mundanas; sin
aferramiento a todas las cosas; sin apego a todas las cosas; sin depender de
todas las formas, sonidos, olores, sabores, y objetos tangibles; sin contradecir la igualdad de todas las
naturalezas; y permanecer en la flexibilidad de la mente pura. Significa morar
en la ausencia de miedo que es el abandono de todas las clases de miedo,
cruzando el rio de las impurezas; viviendo con firmeza; regocijándose en
las personas nobles que están contentas
con las cosas sencillas, y tienen pocos deseos. Ellos son fáciles de nutrir y
satisfacer con la práctica de la moralidad, para conseguir la sabiduría; con
las puertas de la liberación de la vacuidad, la carencia de signos, y la
carencia de deseos; con la liberación individual; con la liberación que corta
todas las clases de atadura; con domar a aquellos que no han sido domados de
acuerdo con la originación dependiente; con hacer lo que ha de ser hecho; con
el deber muy puro. Así, se ha dicho.”
Por tanto, el meditador debería de considerar este camino, y tiene que
vivir en la soledad.
Además, el Bhagavan dijo:
“Cabeza de familia, por
ejemplo, la hierba, arbustos, y árboles viven en el bosque, pero no tienen
ninguna clase de miedo o terror. Similarmente, cabeza de familia, un bodhisatva
asceta debería de generar una percepción de que su vida es como la hierba,
arbustos, plantas, un muro, árboles, reflejos e ilusiones. Así debiera de ser
contemplarlo, entonces, ¿Quién tendría miedo y terror a esa clase de vida?”
Por tanto, un eremita debería de generar esta clase de percepción.
El Bhagavan también explica en el mismo:
“Cabeza de familia, conociendo
que el Bhagavan recomendó que los bodhisatvas eremitas vivan en soledad, uno
debería de vivir en la soledad. Así, uno debería de efectuar todas las acciones
virtuosas. Más tarde, después de confiar en un amigo espiritual virtuoso, uno
tiene que ir a las aldeas, ciudades, suburbios de las ciudades, por el campo y
la capital, para enseñar el Dharma. Cabeza de familia, si un bodhisatva asceta quiere
ir como miembro de la asamblea para recibir transmisiones orales y para recitar
las escrituras, él o ella deberían de mostrarse respetuosos para con el mentor,
abab, los mayores, la gente de mediana edad, y los monjes novicios, debería
estar en posesión de los medios hábiles, y sin ser perezoso, él o ella deberían
de hacer sus deberes sin constituir un problema para los demás, ni esperar
respeto.
Incluso el Tathagata, el
destructor de enemigos, aquel perfecta y completamente iluminado, quien fue
respetado y adorado por dioses, hombres, y semidioses en el mundo de Mara, ascetas
y brahmines, no aceptó respeto por su propia gloria; entonces ¿qué necesidad
hay de decir de aquellos no instruidos, pero que quieren estudiar? Yo debería
de respetar a todos los seres, pero no debiera de esperar respeto de nadie. Así
debería de contemplar uno.
¡Oh, cabeza de familia! Un
monje que se reúne solo por obtener respeto y ganancias, y no por el Dharma,
hace que la generosidad virtuosa de un benefactor no sirva para nada. Aquellos
que se reúnen deberían de considerarlo así.”
También se dice:
“Cabeza de familia, si un
bodhisatva asceta que está estudiando el Dharma quiere visitar a su abab,
maestro, o consultar a con un médico, él debería de ir al lugar o a la aldea
con este pensamiento en mente: “Tengo que volver esta tarde.”
Aunque un monje asceta pueda
depender de otros y vivir en un monasterio, él debería de emplazar su mente en
la soledad. Debería de percibir todas las naturalezas tal como las percibe
cuando está en soledad, y realizar que buscar incesantemente el Dharma es el
significado verdadero de morar en la soledad.”
Así, un monje asceta que desea vivir en soledad debería de generar esta
clase de mente.
Seleccionando el lugar solitario.
Un lugar solitario para vivir está descrito en “Nube de joya”:
“Uno debería de vivir en un
lugar ni demasiado lejos ni demasiado cerca de donde mendiga comida; el lugar
debería de ser uno en el que el agua y tierra no estén polucionadas, donde las
cosas son limpias y puras, donde no hay problemas, sino que hay muchos árboles
espléndidos con flores, hojas, y frutos. Debería de haber una cueva sin
animales salvajes peligrosos, con barrancos y plantas medicinales, donde no hay
obstrucciones, y donde es fácil desplazarse. Debería de ser un lugar
confortable, un lugar lleno de paz, donde uno pueda estar solo.”
Además, en el mismo texto dice:
“Si un rey, un ministro, o
cualquier otro de entre los sacerdotes, guerreros, o gente del pueblo lo
visitan, debería de decir: “Bienvenidos.”
Uno debería decir al rey:
“Por favor, siéntese.” Si él se sienta, uno también se sienta, pero si él
prefiere permanece de pie, uno también se quedaría de pie. Si el rey es firme,
disciplinado, y digno de las enseñanzas del Dharma, el monje que reside en
soledad enseñará diversas enseñanzas de Dharma.
Si el rey no está interesado
en las diversas enseñanzas del Dharma, el monje debería de enseñar el Dharma de
acuerdo a su nivel, y hablarle de la grandeza del Tathagata.
Si los sacerdotes, guerreros,
aldeanos, y la gente del lugar visitan al monje que habita en soledad, el
debería de explicar enseñanzas del Dharma de acuerdo al nivel que sea adecuado
para ellos.
De esta manera, el monje
erudito puede tener gente que escuche el Dharma, y ellos también se deleitarán,
tendrán fe en él, y se regocijarán en él.”
Esto es explicado en el “Montón
de joyas”:
“Si un monje eremita ordinario
que aún no tiene realizaciones espirituales, fuera perseguido por una serpiente
venenosa, no debiera de tener miedo y aterrorizarse ante ello, sino que en lo
profundo de su mente debería de generar el siguiente pensamiento: “Desde el
principio, habiendo abandonado cuerpo y vida, yo vine a este lugar solitario.
Por consiguiente, no tengo que tener miedo ni terror, sino que abandonando el
odio y el miedo debería de mantener aquí una mente bondadosa.
Incluso si una serpiente o un
animal salvaje estuviera a punto de comerse al ermitaño, el debería de pensar
de esta forma de ello: “Yo no puedo saciar a estos animales dándoles posesiones
mundanas, pero puedo darles a ellos mi carne. ¡Qué comiendo mi carne, puedan
alcanzar la felicidad! Puesto que yo obtendré una gran esencia de este cuerpo
carente de esencia, yo conseguiré una gran ganancia.”
Si alguien se llega a
convertir en un asceta eremita que habita en un lugar solitario, el no debería
de tener apego (a su cuerpo y vida), ni odio (hacia ellos).
Si algunos dioses que ya
hubieran visto previamente a un Buda fueran a visitar a un monje eremita, y le
hicieran algunas preguntas, el monje que vive retirado en soledad debiera de
explicar cualquier parte del Dharma que él hubiera estudiado. Si le hicieran
una pregunta muy profunda que el monje solitario no pudiera contestar, no
debiera desanimarse. Debería de replicar: “Uno no debería despreciar a quienes
no tienen instrucción. Yo estudio y hago esfuerzos para entender las enseñanzas
del Buda. Cuando realice el Dharma que no puedo comprender ahora, contestaré
todas tus preguntas. Ahora yo soy el oyente, y tú has de ser elocuente (para
exponer el Dharma).
¡Oh, Kasyapa!, ese monje que
vive en la soledad debería de hablar así.”
Además, el Buda dijo:
“Cuando un monje eremita mora
en un lugar solitario, él debería de dirigir su mente de este modo:”Yo he
venido aquí desde muy lejos, estoy solo y sin compañía; yo no tengo ningún
amigo que pudiera influenciarme para ser bueno o malo, pero estos dioses, los
espíritus de la tierra, duendes, espíritus que se nutren de olores, y los Budas
Bhagavanes quienes conocen mi mente, serán mis testigos si yo caigo bajo el
control de las mentes no virtuosas mientras estoy en este lugar solitario.”
Así que el practicante solitario también debería de generar su mente de
esta manera.
Por lo tanto, alguien que desee abandonar rápidamente todos los
oscurecimientos y alcanzar la omnisciencia, debería de cultivar la calma mental
y la visión profunda, y generar la mente de la Iluminación.
El significado correcto de las etapas de la meditación no conceptual
está presentado con benevolencia por Vimalamitra, con el propósito de ayudar a
aquellos que están interesados en alcanzar la Iluminación.
Dedicación:
¡Que por cualquier mérito que yo haya acumulado, puedan los seres
infinitos de los Tres reinos lograr rápidamente la visión profunda de la
sabiduría, realizar el camino del medio, y alcanzar la iluminación!
“La explicación de las etapas
del significado de la meditación,” compuesto por Vimalamitra, está
completado.
Colofón:
Traducido al tibetano por el abad indio Prajñā-varman,
y el gran traductor tibetano, Bande
Yeshe De.
Traducido al castellano y anotado por el ignorante y falto de devoción,
upasaka Losang Gyatso. Editado a 23/02/2020.
[1] Mañjushri Kumarabhuta.
[2] Avarana, la ceguera mental. Existen dos
clases de oscurecimientos: 1)el oscurecimiento de las emociones aflictivas (klesas), y 2) los obstáculos al
conocimiento (Jñeya)
[3] Sarvajña, literalmente: el conocimiento
de todo.
[4] Samatha.
[5] Vipashyana.
[6] Bodhicitta.
[7] Arya Dharmasamgiti Sutra.
[8] Yukti-sastika-karika nama.
[9] Arya Samādhi-rāja
Sutra, también conocido como Chandra-pradipa
Sutra.
[10] Arya Samdhinirmocana Sutra.
[11] Anusaya.
[12] Bodhisattva-pitaka Sutra.
[13] Quienes
sean guiados por un maestro espiritual.
[14] Citado
en el libro segundo de “os estados graduales de meditación” (Bhavanakrama) de Kamalasila.
[15] Arya Ratnakuta Sutra.
[16] Arya mahayana prasada prabhāvana sura.
[17] Arya
Mahaparinirvana Sutra.
[18] Sravakas, también se les llama Oyentes,
son seguidores del Hinayana, el Vehículo pequeño o inferior.
[19] Chandra-pradipa Sutra, otro nombre el
Sutra Rey de las absorciones (Samādhi-rāja Sutra)
[20] Satya-dvaya-nirdesa Sutra.
[21] Deva-putra.
[22] Dharmata.
[23] Vairocanābhibodhana
tantra.
[24] Dharmakaya.
[25] Arya vīryadatta
pariprccha.
[26] Arya Avatamsaka sutra; en último capítulo,
el Gandavyūha Sutra
[27] Maitreya-vimoksa Sutra.
[28] Arya rājāvavāda
Sutra.
[31] Pratyutpanna-buddha-sammukhāvasthita.
[32] Atman.
[33] Los
agregados (skandha) son cinco: el
agregado de la forma (rupa), el de
las sensaciones (vedana), el de la
percepción (samjña), el de las
formaciones (samskaras), y el de la
consciencia (vijñana).
[34] Los
dieciocho elementos (Astadasa-dhatu)
son los seis elementos de los sentidos; el elemento del ojo, oído, nariz,
lengua, cuerpo, y mente; los seis elementos de los objetos de los sentidos: las
formas, sonidos, olores, sabores, lo tangible, y los objetos de la mente; y los
elementos de las seis consciencias: la del ojo, del oído, nariz, lengua,
cuerpo, y la consciencia mental.
[35] Āyatana; son doce, el ojo, el oído,
nariz, lengua, cuerpo, y mente; y sus respectivos objetos: las formas, sonidos,
olores, sabores, lo tangible, y los fenómenos.
[36] Dasabhumika Sutra, un sutra
perteneciente al Avatamsaka.
[37] Arya Lalitavistara Sutra.
[38] Ratnolka.
[39] Dharmakaya.
[40] Jinas.
[42] Yukti sastika karikas.
[43] Son: 1)
descender del Tushita; 2) entrar en el vientre, 3) nacer; 4) destreza en las
ciencias y artes; 5) disfrute de la vida en matrimonio; 6) renunciación, 7)
práctica de austeridades; 8) aproximarse al asiento de la iluminación; 9)
vencer al ejército de Mara; 10) alcanzar la completa iluminación¸11) girar la
Rueda del Dharma; 12) entrar en el supremo nirvana.
[44] Avikalpa-pravesa.
[45] Los
Tathagatas.
[46] Tathagataguhya Sutra.
[47] Arya Tathagatopatti sambhavana Sutra.
[48] Arya Vimalakirti-nirdesa Sutra.
[49] Arya Bhadra-carya.
[51] Arya Avatamsaka.
[52] La Mina
de joyas.
[53] Arya Maitreya-simhanada Sutra.
[54] Arya Caturdharma nirdesa mahayana Sutra.
La cita del sutra que hace el Maestro Vimalamitra no corresponde al sutra de
los “Cuatro fenómenos”, con el nº 249 del Catálogo Tohoku del Kangyur de Degé,
un Sutra corto, cuyo tema son los cuatro poderes oponentes, los factores de
purificación. Existe traducción al castellano de Upasaka Losang Gyatso, que
puede ser consultada en el siguiente enlace: https://www.academia.edu/13932065/Sutra_de_la_Ense%C3%B1anza_de_los_Cuatro_Fen%C3%B3menos
[56] Karma.
[57] Klesas, las emociones aflictivas raíz (mula klesas: apego, rechazo, e
ignorancia)
[59] Arya grhapaty-ugra-pariprccha Sutra.
[60] Yama.
[61] El Mara
Papiyan, el maligno, que habita en el sexto cielo del Reino del deseo.