Namo Ratna Gurú[1].
1) Cuando los
pensamientos con respecto a que hay algo que es percibido, y alguien que
está percibiendo, seducen mi mente dispersándola y atrayéndola, yo no cierro
las puertas de mis sentidos para meditar sin ellos; al contrario, me hundo
directamente dentro de su naturaleza esencial[2].
Tales pensamientos son como nubes en el cielo; donde ellos vuelan, parece
existir este reflejo. ¡Los pensamientos que surgen, son para mí un absoluto
deleite!
2) Cuando estoy atrapado y dirigido por las aflicciones[3],
y cuando su calor me está abrasando, yo no intento aplicar un antídoto para
eliminarlas; sino que de forma similar a un alquimista, cuya poción transforma
el metal en oro, lo que está dentro de las aflicciones es el poder de otorgar un
gozo sin contaminación, completamente libre de impurezas. ¡El surgir de las
aflicciones, que absoluto deleite!
3) Cuando yo estoy sufriendo la plaga de los beneficios de
los dioses mundanos, o las interferencias de las fuerzas demoníacas, yo no los
llevo a un lugar alejado por medio de rituales y mantras; lo que ha de ser
ahuyentado es la forma egoísta de pensar que está construida en base a la idea
de una entidad personal inherentemente existente. Esto hará que aquellos que
están incluidos dentro de la categoría de los maras[4], lleguen
a convertirse en tus fuerzas especiales. ¡Cuando surgen los obstáculos, que
absoluto deleite!
4) Cuando la existencia cíclica[5],
con todas sus angustias, me hace retorcerme preso de sus tormentos, en vez de
sumirme en la miseria, yo cojo la carga más pesada que haya para viajar por el
Camino del Gran Vehículo[6],
y dejo que sea la compasión la que me impulse. ¡Coger para mí todos los
sufrimientos de los otros, cuando las consecuencia kármicas florecen, que
absoluto deleite!
5) Cuando mi cuerpo ha sucumbido a los ataques de una penosa
enfermedad, yo no busco un remedio en las medicinas, sino que cojo a esa misma
enfermedad como un sendero, y por medio de su poder elimino los oscurecimientos
que me están bloqueando, y lo utilizo para incrementar las cualidades que
merecen la pena. ¡Cuando la enfermedad levanta su cabeza, que absoluto deleite!
6) Cuando llega la hora de abandonar este cuerpo, esta
cubierta ilusoria, que ello no te cause ansiedad ni pesar; en lo que debieras
de entrenarte y debiera de quedar despejado de toda duda para ti, es que no hay
tal cosa como el morir; es solo la Luz Clara, la madre, y la luz clara del hijo
que se están uniendo. ¡Cuando la mente abandona el cuerpo, que absoluto
deleite!
7) Cuando las cosas no marchan bien, cuando todo parece
levantarse contra ti, no intentes encontrar una forma para cambiarlo todo; aquí
el punto esencial de tu práctica es cambiar la forma en la que tú ves las
cosas; no intentes detenerlas o mejorarlas. Las condiciones adversas surgen[7],
¡Es tan deleitante cuando esto sucede!
¡Ellas han hecho posible una pequeña canción de absoluto
deleite!
Trad. al castellano por el ignorante y falto de devoción
upasaka Losang Gyatso. Editado a 3-09-2014.
[1] Homenaje
a la Joya del Gurú.
[2] La
vacuidad.
[3] Kleshas.
[4]
Los cuatro Maras: 1) el mara de los
agregados ; 2) el mara de las aflicciones, 3) el mara que es el Señor de la
Muerte; 4) el Mara Celestial, que gobierna sobre los dioses que tienen el
“poder sobre las emanaciones de otros”
[5] Samsara.
[6] Mahayana.
[7] Por el
poder del karma, fruto de las acciones anteriores, y cuya maduración es
inevitable.