Shabkar
Tsogdruk Rangdrol: El Método de Adivinación de Acuerdo a las Palabras del Buda.
Un día, un laico de origen mongol me dijo que estaba enfermo,
y me pidió que hiciera un mo[1]
para él. Yo le dije: “Yo no hago
adivinaciones. Tu enfermedad es temporal y no pone en riesgo tu vida; pero tú
no eres consciente de que tienes una enfermedad muchísimo peor. Si quieres que
te haga una adivinación para eso, la haré.”
Y así, yo canté para él El
Método de Adivinación de Acuerdo a las Palabras del Buda, con una continua
melodía.
“Postrándome a los pies del Rey del Dharma, yo, el
renunciante Tsogdruk Rangdrol, hare una adivinación acorde a las palabras del
Buda.
En primer lugar, yo invoco la verdad de aquellos raros y
sublimes[2].
Yo confío esta adivinación a los Budas, al Dharma, a la Sangha, al gurú, a los
dioses, y a las dakinis; haciendo una ferviente súplica.
Este hombre, a través de sus vidas anteriores, ha estado
continuamente postrado en la cama dentro de la casa de los Tres Reinos de la
Existencia[3],
y ha sufrido debido a las enfermedades producidas por el karma y por las
aflicciones.
Primero, la causa; segundo,
los síntomas. Finalmente, si su vida puede ser salvada en el caso de que se
efectúen rápidamente los rituales que protegen y guardan del peligro. Yo confío
en vosotros, ¡Oh, preciosos!, para dar una respuesta clara a estas cuestiones.
Yo despliego la estera de adivinación de las palabras del
Buda en la palma de mi mano; arrojo el dado de la visión clara, y realizo la
adivinación de la visión penetrante.
¡Ay! Esta adivinación no augura nada bueno. En primer lugar,
tú estás enfermo debido a que has ingerido la comida pútrida de la ignorancia y
el engaño. Estas substancias permanecen en la barriga de tu esencia mental
pura, creando sufrimiento a partir del apego al yo, y de la aversión a los
otros.
Tu condición está agravada por los cinco venenos[4],
que son los jefes de las hordas demoníacas; y que están reforzadas por las
ochenta y cuatro mil clases de espíritus dañinos menores[5].
Tú has perdido tu apetito hacia las enseñanzas del Sagrado Dharma. Esto ha
incrementado tu dolor y sufrimiento, y también la gravedad de tu enfermedad. Estás sediento,
anhelando beber el agua de las acciones no virtuosas. Estas son las
enfermedades y los malos espíritus que te acosan.
¡Oh, enfermo! Es cierto que tú no te has diagnosticado estas
enfermedades. Los espíritus malignos y las emociones aflictivas te han dejado
preso de la angustia, y en un completo delirio. No obstante, si tú efectúas
rápidamente los rituales apropiados para el tratamiento y la curación, tu vida
no correrá peligro. Si no recurres rápidamente a las fórmulas mágicas del
Sagrado Dharma, tu enfermedad, que es grave, se irá agravando más y más, y
cercenará la fuerza vital de la liberación. Por lo tanto, es mucho lo que está
en juego.
Estos son los comportamientos que pueden curar esta
enfermedad: haz caso al doctor, tú amigo espiritual; ofrécele los regalos de
tus pensamientos y acciones virtuosas. Como antídoto para la comida venenosa de
la ignorancia y el engaño, en primer lugar aplícate al estudio, la
contemplación, y la purificación. Entonces, como lo más adecuado has de beber
la medicina excelente del Madhyamaka[6],
del Mahamudra[7], o de
Mahasandhi[8].
Sin la menor duda, tú te verás libre de la enfermedad rápidamente.
Para evitar las malas influencias, el yogui-auto controlado y
atento-debería de ofrecer de la manera adecuada un talismán de amor para el rey
de los malos espíritus del enfado.
Un talismán, en forma de collar con las nueve clases de
cuentas del disgusto, para la reina de los malos espíritus del deseo.
Un ritual liberador de penetración para los nagas y los
guardianes locales de la ignorancia.
Muchos rituales de percepción pura para neutralizar los
venenos, a los espíritus rahu de la
envidia.
Muchos exorcismos de poderosa humildad para los espíritus
asesinos errantes del orgullo.
Un talismán de devoción excelente para los espíritus tsen de las visiones erróneas.
Y para el demonio de la codicia, que es el que trae la
pobreza, el yogui debería de ofrecer generosidad.
Para contrarrestar todas las demás fuerzas negativas, él
debería de realizar los rituales de protección y repelencia de las diez
acciones virtuosas[9].
Como colofón, él debería de realizar las prácticas del Yidam[10],
de la vacuidad y compasión, tanto como le sea posible.
Si todos estos rituales son llevados a cabo, tu fiebre
cesará, y te curarás y te verás libre de toda enfermedad.
Si estos remedios no son aplicados, tu enfermedad se irá
haciendo cada vez más grave, y tú padecerás en el lecho de muerte de los Tres Reinos
de la Existencia Cíclica.
Con el nacimiento y la muerte como almohada, y con la alegría
y el sufrimiento como manta, la tremenda agonía del apego y el rechazo nunca te
darán un momento de descanso.
Debido a todo esto, ¡oh, enfermo!, ¿No sería mejor aplicar
ahora los remedios rápidamente, cuando aún puedes ser curado?
Que por este mérito puedan todos los seres que están bajo el
cielo hacer esta “Adivinación de Acuerdo a las Palabras del Buda”. ¡Que todos
ellos puedan depender de un amigo espiritual como su médico; que puedan beber
la medicina del profundo y perfecto Dharma; que puedan ser curados de la
enfermedad de las emociones aflictivas!
Tras haber dicho yo esto de forma guasona, el hombre se quedó
muy impresionado, y dijo: “¡Esta Adivinación de Acuerdo a las Palabras del Buda
es realmente excelente! Puesto que yo puedo morir en cualquier momento, por
favor, dame la transmisión para el Mani[11],
y recuérdame siempre en tus plegarias.”
Yo le di una bendición, la transmisión que me había pedido,
enseñanzas sobre el camino general, y explicaciones sobre los beneficios de la
recitación del Mani. Yo canté muchas
canciones para él, y así su mente se volvió hacia el Dharma. Con un respeto
genuino y con la devoción creciendo en su corazón, el partió rumbo a su hogar,
cantando el Mani.
Traducido al castellano y anotado por el ignorante y falto de
devoción upasaka Losang Gyatso. Editado a 30/10/2015.
[1] Una
adivinación.
[2] Los
Budas.
[3]
Los Reinos del Deseo, Forma, y Sin Forma.
[4]
Ignorancia, codicia, odio, orgullo, y duda.
[5]
Los ochenta y cuatro mil tipos de oscurecimientos para los cuales las
enseñanzas del Buda constituyen el antídoto.
[6] Camino
del Medio.
[7] El Gran
Sello.
[8] La Gran
Perfección, o Dzogchen.
[9]
No matar, no robar, no mantener relaciones sexuales inadecuadas, no mentir, no
difamar, no herir con las palabras, no practicar la charlatanería, no tener
pensamientos de malicia, no tener pensamientos de codicia, no tener visiones
erróneas.
[10]
Deidad protectora en la que uno medita.
[11]
El Mantra: OM MANI PADME HUM.